Marou Rivero: ‘Quiero que la moda le hable a la gente no diciéndole qué tiene que hacer sino qué puede hacer’

Después de largas conversaciones con Marou, decidimos poner REC y grabar esta última. Donde durante dos horas compartió el racconto del camino y experiencias que la trajeron hasta acá hoy.

Mara Rivero, conocida como Marou o Maru, nació en Recreo, un pueblo de Catamarca y fue criada en Córdoba. La tonada cordobesa se le filtra graciosamente a lo largo del relato al recordar su infancia, mencionar a su abuelo, o sus idas solitarias al Cineclub Municipal Hugo del Carril durante su adolescencia obediente. Las pronunciación de esas palabras, sin S al final o dichas como cantadas son en sí un guiño, son hipervínculos en el tiempo.

Súper responsable, independiente y estructurada, curiosa en general y apasionada en lo particular. Así es Marou.

Su afecto por la moda viene desde un lugar muy propio y muy cercano: sus padres, ambos comerciantes y emprendedores, durante muchos años tuvieron diferentes locales de ropa en Córdoba. Marou creció rodeada de indumentaria, de curvas de stock, liquidaciones y vidrieras, por lo que para ella el ‘detrás de escena’ de la moda, es parte de un gran todo.

A sus 15 años (o antes) y para siempre, Marou eligió cultivar y nutrir su amor por el cine. Y si bien cuando terminó el colegio optó por estudiar Sociología siguiendo el consejo de su querido y respetado referente Daniel Salzano, hoy en día reconoce en el cine y en lo audiovisual un universo inmenso, abundante y suyo: fuente inagotable de estímulos estéticos, de historias que se cuentan una y otra vez, de viajes infinitos para emprender en su mente.

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Terminando la facultad pudo darse el gusto de hacer un intercambio en una Universidad en México DF  y durante 6 meses aprender más de cine y sus herramientas: desde pensar un programa de televisión, usar una cámara, filmar en 35 mm, escribir un guión o llevar a cabo 2 cortos junto con sus compañeros.

El recorrido de Marou es amplio y diverso, de cada cosa que hizo tomó algo que constituye su postura y visión ante las cosas: de su paso por Toms aprendió sobre el origen de las empresas B, en su trabajo como mano derecha de Eugenio Zanetti durante el rodaje de There Be Dragons experimentó el vértigo de la trinchera de una filmación. De su experiencia en una startup como Blabbing aprendió qué era el API (Application Programming Interface) y acerca de las complejidades de una red social antes de que existiera Instagram. En su paso por la Casa de Catamarca en Buenos Aires entendió la importancia del uso de los contactos, de las diferentes maneras que hay para abordar los objetivos y que no estaba dispuesta a ver proyectos o iniciativas ofuscadas por cuestiones políticas.

Su blog fue quizás la semilla intuitiva más importante que sembró al llegar a Buenos Aires: un complemento necesario a su trabajo de oficina, un canal de escritura y reflexión, y un lugar donde volcar todo el material excedente que generaba como corresponsal de eventos y moda para la revista cordobesa U.S.T.E.D. Marou estuvo en el momento justo, en el lugar indicado. Despierta y haciendo. Cuando las revistas y medios tardaban quizás dos semanas en publicar las fotos y looks de un evento, Marou lo hacía esa misma noche. Esta ventaja se convirtió rápidamente en una propuesta de valor que Marou como pionera supo capitalizar y usar como plataforma de proyectos y excursiones creativas y de expresión: viajar por el mundo, descubrir culturas, contar historias, difundir tendencias, hacerse preguntas y manifestarse.

Hilvanando anécdotas y reflexiones que Marou nos comparte, reconocemos su compromiso con la búsqueda de ella misma, de su mejor versión. Ella fue cambiando: descubriendo por dónde sí y por dónde no, preguntándose qué más, cómo, y para qué comunicar, exhibir y transmitir.

Un golpe afortunado fue el momento en que Falabella la eligió como bloguera hace 5 años, o cuando su amiga Yan De Simone la incentivó a renunciar a la estabilidad del trabajo de oficina para estar 100% disponible para lo que vendría, y fue así que a las 2 semanas Levis la invitó a ir a Coachella y contar la experiencia.

Viajar para el San Pablo Fashion Week el año pasado le partió la cabeza. Y si bien desde hace años que Marou busca visibilizar las caras de la moda, las personas y el trabajo detrás, predicando que la moda no es frívola ni vacía, fue durante el desfile de Ronaldo Fraga y su pedido de ‘No maten al amazonas’ que se le manifestó un verdad gigante e ineludible: El poder de la moda como medio.

Si releemos lo que Marou escribía dos años atrás para La Nación Revista descubrimos que, desde entonces, se venía gestando este despertar. Quizás la manifestación de Ronaldo Fraga le explotó en la cara y le exigió que no lo dilatara más, pero la revolución venía madurando y haciéndose lugar no tan silenciosamente desde hace tiempo. Compartimos acá algunos ejemplos a modo de souvenir:

La Materialidad de Internet 

Expectativas de Género 

¿Qué tenía puesto?

Hoy, siendo parte de YUKI, la invitamos a hacer más y enfrentar el desafío de hacerlo en equipo. Somos parte de una generación que piensa distinto, y que lo manifiesta en voz alta de maneras creativas que impactan culturalmente y aportan valor.

Estás decidida a enfocarte 100% ¿hacia dónde vas? Quiero hacerme cargo de quien soy. Quiero usar mi voz para las cosas que realmente me interesan como la sustentabilidad, como romper con los estereotipos. Poner mi energía en dar mensajes empoderadores, inclusivos, que tengan en cuenta a aquellos distintos y con limitaciones. Que la moda le hable a la gente no diciéndole qué tiene que hacer sino qué puede hacer. La moda como medio es hacia donde voy, orientado desde la creatividad hacia el concepto de belleza. Quiero aportar a redefinir qué es bello, porque nos quemó la cabeza a todos. ¡La belleza es un montón de cosas!

 

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¿Qué querías ser de chica cuando fueras grande? Bailarina.

¿Un  mito que hayas derribado? Mito propio, que era superficial. Ahora sé que soy superficial y profunda.

¿Con quién te tomarías un café? Con Coco Chanel. El año pasado fui parte de un club de lectura y la estudié mucho. Leer sobre ella me cambió.

¿Una palabra que te guste decir? Ami.

¿Un superpoder te gustaría tener? Los voy mutando, pero creo que volar. Tiene esta cosa de libertad, de expansivo, de ‘sin límites’.

¿Un toc? Tener limpio el escritorio de la computadora.

¿Qué te inspira? Las personas.

¿Desde dónde haces lo que haces? Desde el conocimiento y el corazón. Estoy incorporando la ‘y’. ¡Te cambia la vida!

¿3 características que hablen de vos? Social, curiosa. En un grupo soy la que activa, soy también medio Napoleón, me gusta dar órdenes. A veces está bueno, a veces no, y tengo que aprender la diferencia.

¿Qué aprendiste de tu madre? De mi madre aprendí que todo es motor propio. Todo es de adentro hacia afuera. Que no hay límites, que hay que hacer sin miedo, y que siempre hay que tener un plan B.

¿Y de tu padre? A ser buena persona. Cuando tenía 10 años me dijo: ‘Prefiero que tengas un ‘mejor compañera’ a que tengas buenas notas.

¿Un aroma de la infancia? A mandarina. En la casa de mis abuelos había un montón de árboles de mandarinas.

¿Cuáles son tus mayores influencias estéticas? Casi todas mis influencias estéticas vienen del cine: Julio Medem, Wes Anderson, Almodóvar. Casi todo lo que me gusta tiene una raíz audiovisual.

¿Una joyita de Netflix? Wild Wild Country. Es un estudio sociológico de lo que puede hacer el ser humano en busca de la fe. Estamos todos contenidos dentro de normas que si las tuviésemos que redefinir, siempre buscaríamos la libertad máxima, pero en la libertad máxima uno nunca considera al otro.

¿Cómo manejas la exigencia? Mal. (se ríe) La exigencia la manejo mal porque me exijo, me pongo ansiosa. Pero a la vez sé que no me meto en cosas para las que no me siento preparada, me gusta dar paso a pasito. Hasta que no sé qué quiero hacer, prefiero no hacer nada.

¿Un sentido? El gusto, toda la vida.

¿Tu mimo preferido? Amo comer buena comida, el buen vino. Me encanta el ritual del sabor. Últimamente estoy investigando un montón porque durante mucho tiempo dije ‘no me interesa’, ahora sí me interesa y quiero saber por qué lo subestimé. Creo que lo que me pasa es que siempre quise hacer todo bien y la cocina no es lugar para hacer todo bien.

¿El mejor consejo que te hayan dado y quién te lo dio? “El cine se mama”, y me lo dio Daniel Salzano.

¿Un ritual que tengas? Estoy en proceso de construirlo.

¿Un pendiente? Un libro para colorear.

¿Un desafío? Trabajar en equipo.

¿Una virtud que te reconozcas? Soy buena mina.

¿Cuál es tu alimento creativo? Me gusta hacerme el tiempo para generar materialmente imágenes. Hacer collage, ahí destrabo mucho. En el collage encontré la herramienta de visualizar lo que otros quizás dibujan, es como dibujar recortando.

¿Quién te gustaría ser por un dia? Antoni Gaudí, porque tenía una filosofía de vida muy zarpada e hizo cosas maravillosas.

¿Una frase que te repitas? ‘Mereces lo que sueñas’. Creo que mi traba más grande es soñar y pensar en la inmensidad de todo. Tengo tatuado ‘Imagine’ porque uno sabe lo que puede lograr pero hay que desearlo. ¡Hay que flashear más, si flashear es gratis!

¿Un libro? Mujeres que corren con lobos. Me lo recomendaron hace 4 años y recién ahora lo empecé a leer. Creo que si lo hubiese leído en ese momento no hubiese entendido un joraca, hoy estoy en otro lugar y puedo absorberlo.

¿Qué es el éxito para vos? Éxito es pensar en el otro, poder darse el lujo de pensar en alguien más cuando uno toma decisiones. Hacer algo y que eso afecte positivamente a otro, eso es exitoso.

Las 10 películas que te marcaron:

  1.     The Royal Tenenbaums
  2.     Los amantes del círculo polar
  3.     Beautiful Losers
  4.     District 9
  5.     Mary & Max
  6.     Ha vuelto
  7.     Mujeres al borde de un ataque de nervios
  8.     Lost in translation
  9.     Ruby Sparks
  10. La lengua de las mariposas

 

www.marourivero.com

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