PERFUME PELIGRO, ANDRÉS PIÑA. GALERÍA SENDRÓS.

 

PERFUME PELIGRO, UNA OBRA VIVA Y UNA ONDA A LOS ESTÍMULOS EXPUESTA EN GALERÍA SENDRÓS, UNA ODA AL ARTE JÓVEN.
 

 

 

Es sábado, está soleado y estoy en La Boca, un barrio bajo con un montón de atractivos, la Bombonera, Caminito, las callecitas. Lo que me tracciona hasta acá siempre es la propuesta cultural, el circuito de galerías y fundaciones de La Boca que no lo tiene ningún otro barrio de la ciudad. A las dos y media de la tarde tengo cita en Sendrós, una galería especializada en el lanzamiento y visibilización de nuevos artistas. 


Me encuentro de casualidad con Alberto en la puerta. Tiene una caja con coca y algo para comer, me pregunta si ya le avisé a Andrés que estoy afuera. Alberto no sabe quien soy pero yo sí sé que él es el hacedor principal, el maestro de Sendrós, la galería que tiene su apellido y a la que estoy esperando para entrar. Es altísimo, como si desde la corporalidad ya avisara de quién se trata. Rápido llega Andrés y pasamos los dos. Alberto se va a la oficina y yo sigo a Andrés a la galería. Unos minutos después llegará Natalia Malamute, la joven directora de la galería que me guía en el recorrido por la obra de Andrés Piña, Perfume peligro. El mismo Andrés de antes, el mismo Andrés que me recibió en la puerta.

 

 

 

Perfume peligro es una obra viva, una oda a los estímulos que arranca interviniendo el olfato apenas se cruza el umbral hacia el adentro y termina mucho después, cuando el espectador fue absorbido por completo. Quizás termine cuando el espectador haya abandonado la obra. Perfume peligro contiene pequeñas intervenciones que nos  mantienen alerta, esperando lo próximo: una cuerda se tiñe cuando la mecha se enciende (con agua), una lengua se mueve, un espejo ovalado, un cuchillo en el abismo. La obra es contenida, a su vez, por algo que protege del afuera, “El afuera como lugar de contagio y el hogar como espacio de resguardo que se nos impuso como conducta para seguir viviendo. El hogar se transformó entonces en el centro de operaciones de nuestras vidas, el afuera como un lugar de temor y los otros como un foco de posible contagio” dice Carlos Herrera, el curador de la expo. 

 

La obra de Andrés Piña está compuesta también por pinturas plasmadas en retablos. Es decir, pinturas compuestas por muchas pinturas separadas. Veo cuatro partes con un alto nivel de detalle producido en témpera. Pregunto al aire si las partes funcionan separadas, Andrés duda pero Nati niega rotunda. Las pinturas de Andrés son retablos o no son. La pintura es un tras bambalinas, no está expuesta en Sendrós como alguna vez lo estuvo en el Klemm, acá está en una repisa de la oficina entre otras muchas obras, algunas embaladas (quizás ventas, quizás próximas exposiciones, quizás colección personal: no me animo a preguntar) y la miramos los tres durante muchos minutos. Alberto va y viene, ahora estamos todxs en la oficina y me pregunta cómo me llamo, con apellido, ¡claro que no sabe quién soy! 

 

 

 

En algún momento quedamos solxs con Andrés y, a pesar de la timidez que demuestra, hablamos: de la expo, de cómo mutó el vínculo que tenemos con el adentro y con el afuera en los últimos meses, cómo eso lo obligó a repensar la obra en la que ya venía trabajando, del tiempo vertiginoso, de la presión que ejerce la ciudad a producir rápido y más, de los tiempos que se le exigía cuando todavía no había pegado el salto a Buenos Aires. En otro momento estaré sola con Nati y hablaremos de la infraestructura de la galería, de La Boca y la buena onda con todas las galerías que inundan el barrio, del sostén que son la ya clásica Fundación Proa y la más nueva Fundación Andreani instaladas ahí mismo; de Alberto Sendrós y su falso retiro, “está más activo que nunca”. Lo veo. Hablo mucho y ellxs están dispuestos a responderme. 

 

La inauguración fue un éxito, “como las de antes, algo impresionante” dice Nati, que se muestra contenta con la llegada y con la convocatoria que tiene la galería. Perfume peligro permanecerá expuesta en Sendrós hasta la primera semana de septiembre y la galería permanecerá en ese espacio por mucho tiempo más. Para siempre. 

 

Dirección: Wenceslao Villafañe 584, La Boca, CABA, Argentina.

Contacto para pedir cita: [email protected] o en su instagram  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por Caterina Calcagno 🙂

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