UNA HISTORIA DE AMOR Y CULTURA. LA DIOSA DIANA Y REVISTA CARDUMEN.
LA HISTORIA DEL ENCUENTRO Y LA FUSIÓN DE LA DIOSA DIANA CON LA REVISTA CARDUMEN. EL MEJOR FEAT DE LA CULTURA GASTRO.
Esta es la nota sobre una historia. Una historia que podría ser como tantas, porque es una historia de confinamiento. Es la historia de un encuentro, de unos pibes, de otres pibes, de las ganas-de-hacer-algo-con. Es la historia de los bandos de dos mundos que se complementan: es la historia de Simur y Toti (aka La diosa Diana) y la de Cardumen.
Cardumen, por definición, es un conjunto de peces que no son necesariamente de la misma especie pero que se juntan por un bien común. Cardumen, acá y en este contexto, es una revista de cultura gastronómica craneada por Pedro Bargero, Manu Donnet, Julián Galende, Francisco Seubert Alsó y Mecha Solís. Todes elles pertenecen al mundo gastronómico, son cocineros del Duhau, de Donnet, de Chila; y para hacer una revista se necesita un poco más que ganas de hacerla: se necesita, por ejemplo, un laboratorio de cultura que desarrolle y ejecute. La historia que complementa y cierra el proyecto inicial.
En el primer confinamiento, Simur y Toti desarrollaron El Pangolín, “un proyecto autogestivo para despuntar el vicio del agite”. El Pangolín era un pasquín subversivo que llegaba clandestinamente en un delivery de comida. La idea, me cuentan, era combatir el sedentarismo mental que estaba generando el combo Netflix+Rappi. El dúo LdD hacía todo: revista, comida, reparto, redes. De esta parte de la historia recuerden la palabra clave “comida”.
Paralelamente, en un lugar distinto de la ciudad-océano, ocurrían las charlas que gestaban Cardumen, el otro bando de esta historia. Pedro Bargero, un Cardumen, se infiltró escribiendo algunas notas para El Pangolín y les contó a Toti y a Simur lo que estaban planeando en el bando cardumen: una revista de cultura gastro. Lo demás se cuenta solo, “la primera juntada habrá sido en septiembre de 2020 en Donnet, y la revista Cardumen ya estaba impresa en marzo de 2021. La pandemia no generó complicaciones para trabajar tratándose de un producto gráfico y cuando llegó el momento de imprimir, las imprentas tenían sus puertas abiertas.”
El Pangolín terminó pero siempre quedará El Mamut, un evento itinerante donde la poesía, la cumbia y la comida son centrales. Simur y Toti, los pibes que inician esta historia y me la cuentan, se emocionan cuando lo que hacen le gusta mucho a la gente, “nos pasó con El Pangolín y nos sigue pasando con El Mamut. Ver ese goce, sea por el enfieste o por la reflexión, nos retroalimenta y manijea para hacer nuevos trabajos, pulirnos y expandirnos. A El Mamut lo queremos llevar a todas las provincias del país, hasta Las Malvinas no paramos. Eso nos mueve, y la idea de que otro tipo de cultura es posible.”
Cardumen es un conjunto de peces que no son por default de la misma especie pero que se juntan por un bien común, ¿los representa esa definición con respecto al rol que tienen en la creación de la Revista Cardumen?
En principio hablaría de nuestro rol en el desarrollo y materialización, la creación del proyecto le pertenece al grupo Cardumen en sí, dicho esto, la definición, nos representa a pleno, principalmente porque en este caso la variedad de especies se traduce en la variedad de funciones, que es lo que permitió que la revista hoy esté en las calles. A la vez dentro de la revista, esta variedad de especies, este colectivo natural de los océanos, es lo que le da su riqueza, toda la diversidad de la cultura gastro, empujando junta.
¿Me cuentan cómo fue/es el proceso creativo? ¿Quiénes están involucrades?
Lo primero fueron varias juntadas con ellxs en Donnet, en las que encontramos entre todxs el formato de Revista Cardumen: el tamaño, páginas, estética, contenidos y discurso. Después, con muchas propuestas de ellxs y algunas nuestras armamos el temario, y a eso después nosotros lo procesamos en recursos gráficos para la revista, ejemplos como decir “che, esto puede ser un cómic” o “esto un poster” o “hacen falta unas páginas de juegos”. La libertad creativa que nos dieron fue total, todo siempre revisándolo con ellxs. Después, producir, escribir y convocar un dream team de ilustradores y fotógrafxs. Por último, fue agarrar todo el material producido y sentarse con el diseñador editorial, Chebo Roitter, a generar un sistema gráfico orgánico y atractivo para la revi, que creo lo encontramos. En paralelo vas charlando con la imprenta que son quienes van a pasar a papel mil revistas. Queda mandar a imprimir, últimos chequeos y listo.
¿La gastronomía puede ser emocionante?
Es lo único que es. Onda, podés estar en un restaurante pasándola mal o aburriéndote y la gastronomía te parece lo menos, pero eso es el skill del capitalismo de arruinarlo todo. En la gastronomía tenés desde prácticas milenarias, relatos y saberes míticos de todas las culturas, hasta ir a curtir la nochecita a un boliche re piola. Toda nuestra vida, desde lo político y lo místico hasta lo hedonista está atravesado por la gastronomía.
¿Qué comerían si alguien les dice que es el último día de la vida?
Los dos iríamos con un asado, con carne o vegano, lo que quieras, pero un buen asadito con cumbia, porro, vino y amigxs. Lo importante es el ritual. Asadito desde el mediodía, recibimos la nochecita con unos mates y ahí ya la podemos quedar tranquilos.
¿Qué es la creatividad para ustedes?
La creatividad es supervivencia. Un gato tiene garras, una serpiente veneno, un zorrino el tufo. Les humanes tenemos la capacidad de desarrollar distintas formas de sobrevivir, no nos agarramos a una, y ahí está la creatividad a lo largo de la historia: en inventar un garrote o la internet. Nosotros aplicamos esa creatividad a la cultura, porque queremos que la cultura sobreviva.