Mateo Bendesky. Director de cine, escritor y productor.

Nos reunimos con Mateo en Birkin, su café preferido y cotidiano. Recién llegado de su viaje al Festival de Toronto y su residencia para artistas en New Hampshire donde fue a reescribir su próxima película: dos hermanos adolescentes que se ocupan de desmantelar la casa donde se suicidó la madre.

Su último corto ‘El ser magnético’ salió el año pasado, estuvo en BAFICI, Cannes, y Toronto. Además de sus proyectos en Cine, Mateo es el director de Marketing y Diversificación en Los Inrockuptibles y encargado de las relaciones institucionales del Museo del Cine.

“No tengo mucho recuerdo de no querer hacer cine en algún momento de mi vida. Mis papas me llevaban mucho al cine. Mi relación con las películas nace de esa ingenuidad que para mí, es mágico todo eso, no hay nada más mágico que las películas”.

Cuando tenía 15 hinchó mucho para que le regalen una filmadora y empezó a filmar cosas. Conoció una VJ, y empezó a trabajar con ella. Terminó el secundario, estudió Cine en la FUC, un lugar clave en su vida, hoy es docente ahí. Cuando terminó la facultad quiso filmar algo, quiso tener un proyecto. Se dijo: voy a hacer un largometraje, y empezó a escribir. Hizo ‘Acá Adentro’ con sus amigos de la facultad, donde exploró el fluir de la neurosis de un obsesivo.

“Tuvo una repercusión que yo no me esperaba para el tamaño de la película, era un experimento en algún sentido.”

Mateo habla rapidísimo, es difícil seguirle el ritmo. Disfruta mucho del ritual del café, es su momento y lo transmite. Es curioso de una forma casi desmesurada (si se puede), lo que le llama la atención o se cuestiona, automáticamente se convierte en materia o tópico de ‘search’ e investigación. Esteta evidente, de presencia impecable y extenso en su búsqueda. Vive solo desde los 16 y se conoce a sí mismo de memoria.

“Hay un tiempo limitado en este mundo y me parece fascinante, quiero vivirlo de la mejor forma posible. Comer es algo que me fascina, cuidar del cuerpo, desde que descubrí la bici me cambió la vida, ando 10/15km por día fácil”.

¿Un ritual que tengas? Hacer la cama antes de irme de casa. Me parece que es parte del cuidado a uno mismo. Es como hacerte un regalo al ‘vos del futuro’. Es como una forma de quererme a futuro.

“Lo que más disfruto en la vida es sentarme a tomar un café. Sentarme solo, a leer. Eso es la felicidad para mí, siento calidez en el alma”.

Una comida: El risotto me parece la mejor comida del mundo. Soy experto en hacer risottos.

¿Algo que te aburra soberanamente? La monotonía, la rutina. Tuve mucha suerte en la vida, soy muy agradecido de siempre haber trabajado en cosas que me gustaron. No manejo bien el aburrimiento.

¿Alguna película que te haya fascinado recientemente? ‘El vecino’ de Radu Muntean.

¿Juegos de mesa? El carrera de mente y el Pictionary.

¿En qué momentos odias internet? Y… cuando me distrae de lo que tengo que hacer. Hay un programa llamado ‘Self Control’ que bloquea el acceso a internet y redes por el tiempo que vos determines.

¿Algo que hayas aprendido a aceptar de vos mismo? Mi estructura psíquica.

¿Algo que no puede faltar en tu heladera? Verduras, palta.

¿Un maestro? Maestro, amigo, Hernán Musaluppi. Me enseñó a pensar el cine.

¿Algo que te haga brotar de ira? Cada vez menos cosas. Hice un trabajo muy fuerte para tomarme las cosas más a la ligera, no tomarme las cosas personal.

¿Una frase? Una frase que me enseñaron una vez es, que indignarse es tomar veneno y pretender que se muera el otro.

“A veces uno no está feliz, pasa, y hay que aprender a estar bien estando triste. También la tristeza es un estado rico, interesante y constructivo. Mientras no te destruya. Si uno logra aprender a disfrutar de eso, ganaste”.

¿En qué es lo más ser joven hoy? Es lo más ser joven. Siento que es una suerte que tenemos estar vivos hoy.