Pabli Stein: “La pintura es un lenguaje que no puede ser reemplazado por otro”
Pabli Stein pinta desde los 5 años. Se crió en un ambiente rodeado de arte y libros; hijo de un sociólogo y madre comerciante, siempre fue impulsado a pintar y a expresarse. Comenzó a ir a talleres de pintura y dibujo y sus más cercanos no tardaron en darse cuenta de que ahí había algo especial; único.
En la escuela pintaba los murales a pedido de las maestras y en su casa ya colgaban sus cuadros desde chico. La adolescencia, fue una época de cambios y descubrimiento de su propia identidad: aunque nunca dejó de dibujar, hizo un stand by con la pintura y empezó a tocar la guitarra. A los 17 años se sintió mucho más fiel a sí mismo pintando.
Tres semanas fue lo que duró su paso por el IUNA, Pabli dice que fue como una flecha, una curva con una entrada y una salida, que lo separó de un paradigma clásico. Decidió no hacer una carrera sino ser autodidacta; hizo talleres y clínicas.
“Siento que uno aprende a pintar como aprende a hablar, imitando, copiando; es un oficio”, cuenta el artista.
Hace ya una década aproximadamente que sus obras siguen la misma línea y cuentan con ideas similares. No habla de figuración ni abstracción porque siente que esa categorización no va. Por momentos la figuración se pierde y hay veces que no, que se envuelve por el fondo, pero siempre sucede que está la figura tapada, negada, superpuesta o distante. A pesar de esto, trata de no congelar lo que hace ni definirse en un estilo específico. Todo el tiempo se abren abanicos de posibilidades, y no deja de insistir nunca con la pintura.
“La pintura es inmóvil y hoy en día todo es zapping y movimiento, no hay mucho tiempo para frenar, la fuerza de una cuadro es su inmovilidad”
Un maestro de pintura, llamado Daniel Calliori, le mostró una nueva forma de mirar. Le enseñó a darle menos peso a la imagen y prestar atención a cómo estaban pintadas las obras. “Cuando veo una pintura lo último que veo es la imagen. El ejercicio de observar y reconocer otros elementos, lo aprendí con él”, dice Pabli.
En un momento de distancia con la pintura, se cuestionó por qué no probaba hacer otras cosas, y no se quedó con la duda. Realizó nuevos proyectos: con Sebastian Muro, un amigo director de cine hicieron durante ARTEBA una performance en vivo, donde él pintaba y luego se digitalizaba en el momento. También, en la galería QUIMERA, creó la idea de ver la pintura desde abajo; esta se proyectaba en el techo y la gente se acostaba para observarla.
Todas las ideas de Stein devienen de imágenes que él llama “desnudas”, sin misterio ni ningún tipo de encantamiento. Nacen de publicidades: una mujer, zapatos, una joya. Lo que intenta el artista es devolverle ese misterio oculto.
No busca expresar una crítica en sus pinturas. Es una reflexión “a la hora de pintar sólo pienso en pintura; la pintura es un lenguaje que no puede ser reemplazado por otro”, afirma el artista.
“La pintura es inmóvil y hoy en día todo es zapping y movimiento, no hay mucho tiempo para frenar, la fuerza de una cuadro es su inmovilidad”, revela.
En su proceso de composición predomina la templanza. Cuando trabaja con el papel, se considera más frío; en cambio en la pintura encuentra su parte más expresiva, es un momento más corporal. Por lo general, inicia dibujando una figura femenina, trabaja el fondo, luego pinta la figura y finalmente sucede algo más inexplicable. “La composición, en un punto, empieza en el papel y continúa en la pintura”, dice.
“Siento que uno aprende a pintar como aprende a hablar, imitando, copiando; es un oficio”
Influido por la pintura alemana, tiene referentes de todas las épocas: Georg Baselitz, Albert Oehlen, Jonathan Meese, Daniel Richter, entro otros. Ver arte siempre es inspirador para él, es por eso que siempre que puede va a museos y puede pasarse largos ratos observando las obras.
Al contar con una larga trayectoria a pesar de su corta edad, cuenta que también existen momentos en que la inspiración no surge, y que hay que saber aceptarlos. Sabe que puede pasar, pero confía en que siempre vuelve a fluir.
Con gran cantidad de muestras individuales en su currículum, este año se dedicó solo a pintar. En 2017 realizó una muestra individual en Buenos Aires, en OTTO Galería donde Eduardo Stupia colaboró con la curaduría de la muestra. También expuso por primera vez en un museo de Estados Unidos, en el Frost Art Museum, en una muestra colectiva.
Actualmente tiene en agenda dos ferias de arte por delante representado por Quimera Galeria. Una en Miami, llamada SCOPE y EsteARTE en Punta del Este.
¿Cómo te tomás las críticas? Siempre trabajé internamente para diferenciarme de mi obra, por eso no me tomo las críticas de manera personal. Me encanta que alguien se tome el tiempo para hablar de mi pintura.
¿Cuál es tu meta? Mi meta es hacer buenas pinturas, ya eso me parece un montón (risas).
¿Qué es éxito para vos? El éxito para mí no está tan relacionado con la pintura, sino con que la gente que está cerca tuyo te quiera y te respete.
¿Tenés alguna obra preferida dentro de tu colección? Sí, tengo varias obras preferidas, por lo general son las pinturas donde arriesgué estéticamente o donde utilicé algún recurso distinto que me dejó con ganas de seguir explorándolo.
¿Tuviste que lidiar con algún prejuicio a la hora de elegir este camino? Si, con algunos. Por ejemplo mi abuela me decía: “¿Querés ser pintor? Es muy poco eso…”. Yo mismo me he puesto prejuicios, me preguntaba si podría vivir del arte. Recién a los 26 años dejé de cuestionármelo.
¿Qué hacés en tu tiempo libre? Me gusta juntarme con mis amigos, soy muy futbolero, aunque no parezca. Voy mucho a la cancha, soy enfermo de River y de Messi.
Un mito que derribar: Aceptar la negatividad. En esta sociedad todos siempre quieren estar felices y positivos. Creo que vale no estar bien. Existen periodos donde se puede estar bajón. ¡Fuck the happy society!
Una virtud y un defecto: Una virtud: la paciencia y una defecto; indeciso, menos cuando pinto (risas).
¿Qué te divierte y qué te aburre? La pintura, pasar música, jugar con mis sobrinos, perros, la vida me divierte. Los trámites me aburren.
¿Un buen consejo que te dieron y quién te lo dio? Me encanta una frase de un pintor que me gusta mucho que se llama Balthus, dice “si no te tomás el tiempo, el tiempo te toma a vos”.
Un momento del día o lugar de mayor inspiración: El taller siempre, la tarde/noche.
Te tomarías un café con…: Andy Warhol.
Mayor miedo: La enfermedad.
¿Algo que te pasó y nunca vas a olvidar? Algún recital, antes iba mucho a recitales.
¿Escuchas algún tipo de música en particular? Escucho música todo el día, para laburar pongo muchos sets de música techno, me dan la sensación de que la música no empieza ni termina. Después escucho mucho rock, Bowie, los Stones, Bob Dylan, Pearl Jam.
Si no sos lo que sos hoy, ¿qué hubieses sido? Estaría tocando la guitarra.
¿Tu moda favorita de todos los tiempos? Los 60, por Mad Men.
¿Algo de lo que te sientas orgulloso? De algunas pinturas.
¿La primera persona que creyó en vos? Mis padres, ambos.
Si pudieras viajar en el tiempo, ¿qué harías? Iría a visitar a algunos pintores interesantes.
Libro, disco y película que recomiendes: Un libro que estoy leyendo ahora, es uno de entrevistas a Andy Warhol. Disco: Ten de Pearl jam. Pelicula para recomendar ahora: A girls walks home alone at night. La vi en un BAFICI hace uno o dos años y me pareció increíble. Se trata de una chica vampiro que anda en patineta filmada en blanco y negro.