Gabriela Giannoni: ‘Nadie va a hacerlo por vos’

A diferencia de muchos emprendedores, el deseo de ser independiente no es algo que acompaña a Gabriela Giannoni desde que es pequeña. Su foco está puesto en la creatividad, sin importar si trabaja para sí misma o en una empresa con un jefe.

Más allá de que el emprendedurismo sea o no una realidad inherente en ella, su compromiso y responsabilidad son los ingredientes esenciales que le permitieron hace cinco años fundar Papelera Contemporánea, una marca joven que – según indica su sitio web – “se dedica al uso del papel y el cartón, en todos sus formatos, con fines tanto estéticos como organizativos”.

El emprendimiento surgió, según cuenta ella, “por una necesidad”: cuando su madre – dueña de una librería en Palermo – tuvo un problema con un proveedor que dejó de venderle un producto necesario para su trabajo, Gabriela no dudó en adentrarse en el mundo de la papelería y lograr, de alguna forma u otra, fabricar aquel producto.

Papelera Contemporánea tuvo sus inicios en la habitación de Gabriela. Allí, ella trabajaba sola: ocupaba todos los puestos de lo que recién empezaba a ser una empresa. Con el tiempo, se trasladó a un taller que su hermana – una orfebre – tenía en Capital; pero, al igual que su cuarto, este espacio le fue quedando chico a medida que la dimensión de la compañía crecía. Después de pasar por un monoambiente en Palermo y un galpón de 100 metros cuadrados, llegó a donde está hoy: un espacio en Chacarita mucho más amplio que le permite no solo tener allí su fábrica, sino también un showroom.

Cuando relata la transición de su empresa por tantos espacios, Gabriela afirma que todos fueron necesarios para llegar a un lugar mejor. “No hay manera de arrancar en el lugar ideal, nunca; con el tiempo, vas aprendiendo”, dice la emprendedora.

 

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¿Te ayuda con tu empresa lo que estudiaste en la facultad? Estudié marketing y publicidad. Marketing quedo por la mitad, porque no me hallaba con la parte de estudio y demás. Después estudié publicidad y me sentí un poco más cómoda con lo práctico, con la parte creativa. Las dos carreras me ayudan con Papelera Contemporánea hoy: marketing con los números y publicidad con lo creativo.

¿Cómo evolucionó Papelera Contemporánea desde aquellos primeros días en tu habitación?  La idea surgió como algo dedicado al papel y fue mutando hacia el ámbito de la organización; por eso se fueron incorporando otros materiales, como el cartón.

¿Cómo te interesaste en la organización? Me interesé cuando apareció el método Marie Kondo. También porque vi que en el mercado ocurrió un boom de la organización; aparecieron muchas instagramers que tratan el tema de vivir organizado, con menos cosas.

¿Cómo es el proceso de crear nuevos productos? No trabajamos con temporadas, como sí lo hacen en moda. En Papelera Contemporánea, cuando queremos sacar una línea, la sacamos completa. Uno no sabe lo que funciona hasta que empieza a probar. Después se van sumando productos.

También nos enfocamos mucho en agarrar las herramientas que ya tenemos y potenciarlas. Por ejemplo, teníamos los elementos para hacer bolsas de lienzo y decidimos usar los diseños de Josefina Jolly – una ilustradora que colabora en Papelera Contemporánea – para hacerlas.

¿Por qué decidieron poner “hecho en Argentina” en la mayoría de sus productos? Cuando arrancamos, nos dimos cuenta de que el ámbito del diseño estaba lleno de términos en inglés o francés y eso a mí me chocaba; entonces, quisimos resignificar esa situación poniendo “hecho en argentina” en nuestros productos. Porque usamos materiales argentinos. Además, no usamos la palabra “laundry”, sino lavadero; en vez de “papers”, papeles.

Hace cinco años, cuando empezamos, la Argentina estaba pasando por un momento en el que no habían productos importados de afuera. Fue una situación especie “oportuncrisis”: buscamos la alternativa y dimos con materia prima de acá que tiene la calidad que tiene la materia de afuera.

¿Por qué la fábrica y el showroom están en el mismo espacio? Tiene que ver un poco con resignificar el comercio online: cuando este surgió, se creía que los locales iban a morir. Pero hoy más que nunca la gente quiere tocar los productos, verlos en persona. La idea de juntar la fábrica con el showroom tiene como objetivo que la gente no solo vea los productos, sino que también vea cómo se hacen. Que vean que no salen de un sucucho en cualquier lado, sino que los hacemos nosotros. Eso es amigable para el consumidor, lo invita a pasar y a conocer. Creo que acerca a la gente a Papelera Contemporánea.

¿Lograron generar una comunidad? Creo que sí. Hay empatía con los clientes; mucha gente vuelve y recomienda. Además, yo, particularmente, tengo memoria. Por ejemplo, si me llama alguien que quizás compró hace un año, me acuerdo; eso ayuda.

Además, es importante que se generó comunidad con mucha gente de varias clases sociales. Nuestro objetivo es hacer un producto sincero que lo pueda comprar tanto una madre de un country de Pilar como una chica que se acaba de mudar. Nuestros clientes van desde parejas de chicos jóvenes que recién dejaron las casas de sus papás hasta gente del interior que acaba de llegar.

¿Cómo ves el futuro de Papelera ContemporáneaLa estoy tratando de transformar en un espacio al que la gente pueda venir sin necesidad de comprarse nada, un espacio que acerca. Lo veo como un warehouse que invita a que pases a visitar. Y, quizás, si te llevas algo, te podés llevar un pedacito de decoración, de organización, etc. que sentís que acompaña tu espacio.

Además, quiero que la gente pueda volver a ver cómo se hacen las cosas. Eso me gusta a mí, ver de dónde vienen las cosas. Es similar al concepto de restaurantes con cocina abierta.

¿Tenés algún referente? Creo que no. Más que nada, la gente es la que me da las respuestas. Veo las tendencias cuando veo las necesidades que tiene la gente. Tratamos de crear algún producto que cubra esas necesidades.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere adentrarse en el mundo de la papelería y la organización? Primero que nada, que maneje la ansiedad. Después ser consciente de que esto es mucho pulmón, mucho trabajar las horas que el trabajo te pida. Muchas veces no se puede planear o elegir algo; hay que hacer lo que el entorno te pide. Por ejemplo, si el entorno te pide que el domingo no vayas al asado y te quedes haciendo las cajas, lo haces; y probablemente después te vayas de vacaciones al lugar que querés. Tiene su lado bueno.  

Al tener un emprendimiento propio, no depende de ir a pedirle un aumento a tu jefe, sino de poder cumplir cada vez mejor con los objetivos que te planteas y apuntar a más para que ese aumento llegue y así poder hacer cosas mejor. Al fin y al cabo, es trabajar y saber que nadie va a hacerlo por vos.

 

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¿Una película que recomendarías? Forrest Gump. Siempre me gusto y habla de ir para adelante. De chiquita la vi y me quedo esa metodología: no se puede escapar ni de los éxitos ni de los fracasos.

Si pudieras elegir a cualquier persona para tomar un café, ¿a quién elegirías? A mi papá. Falleció hace un par de años y me gustaría que viera a lo que llegué.

¿Cuál consideras que es tu virtud? La responsabilidad. Es importante no decepcionar a nadie ni a uno mismo. Eso es lo que te hace seguir.

¿Tenés algún ritual? Nunca dejo de desayunar ni de bañarme a la mañana. Es mi forma de arrancar el día, sino estoy de mal humor.

¿Con qué artista te gustaría colaborar? Alguien del mundo de la gastronomía.

¿Si no fueras lo que sos, que serías? Probablemente algo de producción, sin importar dónde. Tiene que ser algo en lo que me tenga que mover y no quedarme quieta.

¿Qué es el éxito? Ir alcanzando metas sin que sean muy lejanas. Uno es exitoso si va logrando de a poquito lo que quiere.

 

papeleracontemporanea.com

 

 

Escrita por Belén Prieto.
Written by:

Estudiante de Comunicación Social en la Universidad Austral. Redactora en YUKI.